viernes, 14 de mayo de 2010

Ejercicio 2: Caracteristicas de los lengujes verval y no verval

¿Cómo diseñar el traje del otro a mi medida?






Descripción de los objetivos:
Se trata de reflexionar o hacer consiente que no podemos ni queremos, literalmente hablando, meter en una caja hecha a la medida de uno, sin tomar en consideración la opinión del otro, lo que llega a dar como resultado una gran incomodidad para la otra persona y un gran esfuerzo y desgaste para uno.
En raras ocasiones se nos ocurre que si optamos por significar nuestra experiencia -buscar un nuevo significado de la misma- y por generar conductas alternativas a las habituales, la lucha por modificar nuestro entorno para al final ser "felices" o, al menos, en buena medida, disminuir la incomodidad.
Para volver a significar nuestras experiencias, debemos atender a las necesidades que subyacen a nuestros actos y aceptarlas; este hecho nos facilitará comprender y definir de manera diferente nuestras propias percepciones y conductas para procurar los cambios. Esta acción volverá el foco de valoración nuevamente a nuestro interior, pues estaremos más atentos a nosotros que a lo que sucede en el exterior -no olvidemos el binomio de auto aceptación.


Instrucciones específicas:
Para hacer consiente sus relaciones verbales, se apoyarán con el ejemplo que está más abajo para que elaboraren una propuesta de cómo respondería cada uno de ustedes a las relaciones personales, a las experiencias que han descuidado para cubrir ciertas necesidades y comprender, aceptar y volver a significar su interacción, debemos responder a los siguientes planteamientos:
1. Para ello tendrán que escribir un par de interacciones a las que se han enfrentado y así poder intentar utilizar comportamientos alternativos al de "no aceptación". Piensen en ser personas creativas; recurran a sus experiencias y aplicación de sus sentimientos personales para hacer uso de estrategias que les puedan conducir a soluciones y hacer sus prepuestas más abiertas.
2. Experiencias de "no aceptación", resignificación de las necesidades y conductas de ambas partes en la interacción, y propuestas de patrones alternativos de comportamiento personales.
3. No se queden con la postura de: ¡Tú estás mal, yo estoy bien! Como rechazo y proyección. Con frecuencia, aquello que no nos gusta o no nos satisface en otras personas es parte importante de nuestra propia personalidad, pero no somos conscientes de ello.
4. Podemos rechazar en el otro, características que clara y abiertamente también mostramos —sin darnos cuenta—, o bien podemos desaprobar otras que también nos pertenecen pero que se encuentran sojuzgadas en el ámbito de nuestra "sombra" y que son algo que nos "preciamos" de no tener.
5. Haz un análisis reflexivo de los adjetivos propuestos como ejemplo y observa si lo que abajo se afirma se corresponde con tu experiencia. Posteriormente, continúa tu propia lista con aquellas conductas o actitudes que para ti son inaceptables.


EJEMPLO


Rodolfo es un hombre dicharachero y seductor y, por lo tanto, el centro de atención en diferentes situaciones y contextos. Mónica, su esposa, ante esta circunstancia, ha ido cediendo su centro de valoración a Rodolfo, al que ahora necesita para sentirse amada y reconocida. El comportamiento habitual de Mónica, dada la atracción que ejerce Rodolfo en las personas, ha sido de reclamo, de escenas de celos y de perenne demanda de la atención de su esposo, con lo que sólo logra que éste se desespere y enoje al sentirse constantemente criticado y perseguido -al mismo tiempo que, inconscientemente, se siente positivamente retroalimentado por la permanente atención y adoración de parte de su esposa. Un día, Mónica, quien se siente presa de la tristeza y la desesperación, se da cuenta de que su esfuerzo por cambiar las conductas de Rodolfo -que para ella tienen un significado doloroso de egocentrismo- ha sido inútil; se siente cansada y enojada por toda la energía gastada en vano. En este punto, la auto-aceptación de la parte de responsabilidad que a ella le corresponde para que los hechos sean como son, le permite a Mónica resignificar su experiencia e impulsar su autoestima. Al mismo tiempo, este proceso facilita a Mónica resignificar la conducta de Rodolfo y, desde esta perspectiva, encararla de manera distinta: la necesidad de seducir y de ser centro de atracción de su esposo no tienen como motivación lastimarla o agredirla, son comportamientos generados más bien por su necesidad de reconocimiento. Como consecuencia de lo anterior, su seguridad personal y autoconfianza crecen, y hacen posible en Mónica una mayor claridad para optar por nuevas estrategias, y así, enfrentar la situación que tanto la ha venido perturbando. Ella decide actuar de una manera diferente: se comportará amable con Rodolfo y evitará hacerle reclamos y escenas de celos para demandar su atención. Al paso del tiempo, Rodolfo, aún mostrando su misma personalidad, se encuentra, más que nunca, cercano y atento con Mónica. Él se siente algo confundido, pero también mucho más libre, así como muy interesado en los cambios que se están sucediendo en su esposa.

Mi ejemplo:

Demonios y Belleza
Cuenta la historia de una niña, de desmesurada belleza: largos cabellos enmarcaban su perfecto rostro, de ojos celestes, como el cielo al alba; sonrosadas mejillas reflejando la inocencia de su tierna y pura juventud; labios que invitaban a una confesión.
Cuentan también se su virtuosidad para con los demás. De gran corazón, incapaz de dañar a otros, sin permitirse lujos ni grandes palacios para si. Humilde de corazón y esencia, había sido privilegiada con los dones más hermosos.
Pero, ¡ay! Del mal que siempre acecha. Diversas formas toma a lo largo de los años. Y dicen que esta vez el mal se encarnó en el alma de un escéptico joven, rico en codicia y oscuros deseos. Lo más bello en apariencia no es siempre lo más bello en esencia.
Rostro juvenil, voz áspera, palabras rebuscadas, ojos inescrutables.
Y dicen que ella a sus pies cayó, dicen que el con su mirada la conquistó, mirada de negras pupilas, sin amor, sin piedad, sin misericordia. Pupilas de muerte, pupilas en tinieblas. Con una sonrisa la cautivó y ella su todo el entregó.
¡Pobre chica! Que de su inocencia se aprovecharon los demonios.
Y el la besó, y ella creyó morir en su beso, en su boca, en sus labios, en su aire. ¡Qué más alguien podría desear! Por fin su vida estaba completa. Su familia lo aprobaba, y con el la dejaba, sin imaginar el mal que tras su rostro se encontraba.
¡Ay del día aquel en que todo se destruyo!
Cómo puede alguien hacer mal solo por maldad. Cómo puede alguien hacer llorar solo por placer. Los demonios no entienden razón.
Y ella se le entregó, en cuerpo y alma, rompiendo su sello de pureza, tan celosamente guardado.
Y dicen que, tras tomarla por fin, el le habló, con su lenguaje rebuscado, y ella lloró.
-¡OH! ¡Dulce y bella doncella!- decía el, acariciándola con frías manos- ¡Dulce y bella doncella! Que con tu entrega me habéis cedido ya vuestra alma, os habéis consagrado a mi persona, sin nada esperar por vuestros servicios.- ella sonreía, extasiada junto a él- Que con vuestra entrega habéis renegado vuestra propia vida para donarla gustosa a un forastero.
Y dicen que el la golpeó, y luego la dejó tirada sobre la tierra, magullada y humillada. En su cara escupió, y luego rió.
-¡OH bella e insulsa doncella!- gritó, al sol naciente- Que no habéis sabido valorar vuestra pureza. Ahora sé en verdad qué sois, y en vuestro rostro me río, porque tengo lo que anhelaba, y vos tuvistéis lo que deseabáis.- tras ver las lagrimas de ella caer por sus mejillas, agregó- Y ahora que os habéis deshonrado, puedo ir en paz.
Y cuentan que él la dejó, sola en la tierra, llorando de vergüenza.

¡OH virtuosa belleza! Que con tu candente baile nos encantas y enamoras. Para luego dejarnos humillados, enamorados y desesperanzados.

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